Proyecto de la Dirección de Bienestar Estudiantil de la U. E. San Luis Gonzaga de Quito, para el acompañamiento de los estudiantes y sus familias.

Graduación 2012


Distinguidas autoridades y maestros de la Unidad Educativa San Luis Gonzaga
Señores padres y madres de familia
Señoritas y señores estudiantes, amigos míos, que hoy alcanzan el título de bachiller
Invitados todos

Quiero comenzar agradeciéndoles de todo corazón el que me permitan hacerme presente en esta especial ocasión para nuestra Comunidad Educativa; hoy que ustedes, queridos chicas y chicos, culminan tan importante etapa de formación.

Pareciera lejano el día en que por primera vez pisaron nuestro campus.

¿Recuerdan la primera oración que les dio la bienvenida a un ciclo que para ustedes y sus familias se les venía nuevo y retador?
Les invito a recordarlo, a traer a la memoria las lágrimas de orgullo en los ojos de sus madres y sus primeros consejos en el primer día de colegio.
Traigan al corazón el primer interrogatorio de sus padres sobre cómo les fue en esa jornada, sobre los amigos, los profesores, el tiempo, los sentires, las instalaciones…

¿Recuerdan ustedes la primera vez que contemplaron aquellos ojos de La Dolorosa y balbucearon su oración recién aprendida?

Y luego como un tren se vinieron los días, los trimestres y los años, cargados de todo aquello que la juventud trae consigo y que lo tienen a flor de piel, desde la manera de vestir hasta los amigos que han conocido -esos que serán los mejores amigos del resto de la vida-; desde las experiencias deportivas y de campamentos hasta aquellas en las que la travesura hizo su aparición, y sus padres y nosotros, sus maestros, nunca conoceremos.

Un tren cargado de trabajos, de experiencias, de momentos, de rostros, de dificultades resueltas y hasta de silencios. ¿Recuerdan ustedes la silenciosa experiencia de los Ejercicios Espirituales en la que encontraron al Dios de la Vida y conversaron con Él, se dejaron interpelar y le entregaron su modo de actuar, su futuro, su vida?

¡Cuántos de ustedes, en algún momento de su etapa colegial, no se vieron envueltos en complicaciones académicas, disciplinarias, afectivas!
Y de todas ellas supieron reponerse y por eso hoy tenemos muy buenas razones para celebrar.

Gracias queridos chicas y chicos por dejarse acompañar a lo largo de todos estos años. Toda la planta docente de nuestra Unidad Educativa hemos compartido junto a ustedes para prepararles para la vida. Sepan que nos sentimos orgullosos de sus logros y contamos con ustedes para construir ese Ecuador que queremos, ¡que necesitamos!

Creo que hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance para acercarles a aquellas experiencias que ante todo les permitan ser personas humanas libres, compasivas, leales, con una clara opción por la justicia evangélica: aquella que estudiamos en las aulas y que vivimos lo mismo a 5ºC en Pujilí o en el campamento de niños, con ancianos o en tantas ocasiones del FAS, nuestra Formación en Acción Social.

Como ustedes saben, circunstancias ajenas a mi voluntad hacen que hoy no pueda físicamente acompañarles en esta ceremonia, sin embargo, mi corazón y mi cariño está con ustedes ahora que han triunfado y se gradúan.

Quisiera decirles tantas cosas personalmente, a cada uno…
¡Me limitaré a invitarles a que vivan!: vivan con abundancia y generosidad, de cara a la Vida y al Amor. No siempre el correr es llegar. Asegúrense de discernir siempre con razones que nacen del corazón.

Hoy -y así es la vida-, mientras escribo, me encuentro en un lugar especial para todos los Gonzagas, para los celistas. Estas líneas se las dedico precisamente desde el sitio en el que Alberto Capdevielle murió y vivió dando vida a una familia que estaba atrapada por un incendio forestal. Ustedes bien conocen la historia. Espero que la apliquen ahora que comienzan a ser para los demás.

Felicitaciones por su graduación. Recuerden que el Gonzaga es su casa y que siempre necesitaremos voluntades generosas que la recreen. Disfruten de estos momentos que son suyos.

Un fuerte abrazo desde Los Teques, capital del estado de Miranda en Venezuela, hoy 6 de julio de 2012.

Con cariño,

Francisco Javier