Proyecto de la Dirección de Bienestar Estudiantil de la U. E. San Luis Gonzaga de Quito, para el acompañamiento de los estudiantes y sus familias.

EJERCICIOS ESPIRITUALES, GUÍA FUNDAMENTAL EN NUESTRAS VIDAS

Por: Coralía Córdova (6"B")
Presidenta del Consejo Estudiantil


“Ahora sé que en realidad no podía cambiar hasta encontrar a Alguien que me quisiera, prescindiendo de que cambiara o dejara de cambiar”

Ejercicios Espirituales, una experiencia inolvidable y difícil de describir en unas cuantas palabras. Tiempo de total entrega, favorecido por medio de varias herramientas como el silencio, una biblia, nuestras oraciones y voluntad, que permiten hacer de estos cuatro días los mejores de tu vida. Algo que debemos rescatar de esta vivencia es el acompañamiento de nuestros guías, quienes nos dieron las pautas para que cada uno de nosotros podamos seguir el camino de la espiritualidad, además estuvieron al pendiente y junto a nosotros, durante este tiempo.
Los ejercicios espirituales, son mucho más que un encuentro personal con Dios, es un momento para responder aquellas preguntas que algún día se nos plantearon, para darnos cuenta el camino que estamos siguiendo y determinar decisiones para nuestras vidas.

Como mencioné anteriormente es difícil describir cómo me siento ahora, después de esta grandiosa experiencia, puesto que te desprendes de todo aquello que no te permitía estar tranquilo, y alcanzar la felicidad, la paz inunda mi corazón y la felicidad está presente en cada momento. A pesar de haber regresado a la rutina, a los días con ciertas complicaciones, disgustos, preocupaciones, etc. El saber que existe alguien que a pesar de conocer nuestros pecados, nos ama sin medida, nos protege, guía y nunca nos abandona; me permite luchar y me da la fuerza para ser mejor persona.

Mientras escuchaba las palabras de nuestros acompañantes, mi mente y alma se llenaba de algo nuevo, en cada oración, en cada minuto que viví mi fe aumentaba, me acercaba más a Dios y me di cuenta de que lo único que mueve al mundo es el amor. Cada instante en ejercicios permitió que nos uniéramos más entre compañeros, ahora todos formamos parte de un mismo rompecabezas, el mismo que no podrá completarse si uno falta. Finalmente me he liberado de rencores y malos sentimientos, cada día es una nueva oportunidad para hacer las cosas de mejor manera y hay que aprovecharlo al máximo, cada paso que doy es un paso firme y estoy dispuesta a cumplir con lo que Dios me ha pedido.

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